Diferencias entre celulosa y EPS (poliestireno expandido)

Diferencias entre celulosa y EPS (poliestireno expandido)

En el mundo del aislamiento térmico, existen diversas opciones, cada una con características y aplicaciones específicas. Dos de los materiales más comunes y efectivos son la celulosa y el poliestireno expandido (EPS). Aunque ambos cumplen la función de mejorar la eficiencia energética de los edificios, sus propiedades, origen, instalación y rendimiento difieren significativamente. Comprender estas diferencias es crucial para tomar la decisión más acertada en cualquier proyecto de aislamiento, desde grandes edificaciones hasta trabajos en viviendas particulares. Por ejemplo, los aislamientos Barcelona, Leganés, Coslada, Cuenca, Ávila, Colmenar Viejo, entre otras poblaciones, pueden beneficiarse de una elección informada.

Origen y Composición: La Naturaleza frente a la Innovación Sintética

La principal distinción entre la celulosa y el EPS radica en su origen y composición. La celulosa es un material aislante ecológico que se fabrica a partir de papel reciclado, principalmente periódicos y residuos de madera. Este proceso no solo aprovecha materiales que de otro modo serían desechados, sino que también implica un bajo impacto ambiental en su producción. Se presenta en forma de fibras sueltas que se obtienen de un proceso de desfibrado y se tratan con sales bóricas para mejorar sus propiedades ignífugas y fungicidas.

Por otro lado, el EPS (poliestireno expandido) es un plástico celular derivado del petróleo. Se produce a partir de perlas de poliestireno que se expanden mediante vapor de agua y calor, creando una estructura de pequeñas celdas cerradas llenas de aire. Aunque su origen no es renovable, es importante destacar que el EPS es 100% reciclable, lo que mitiga parte de su impacto ambiental al final de su vida útil.

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Propiedades y Rendimiento: Regulación de la Humedad vs. Barrera Total

Las propiedades de cada material dictan su rendimiento y su idoneidad para diferentes aplicaciones. La celulosa se caracteriza por ser un excelente aislante térmico y acústico. Su estructura fibrosa permite atrapar el aire de manera eficiente, reduciendo la transferencia de calor y atenuando el sonido. Una de sus ventajas más notables es su capacidad para regular la humedad. Al ser un material “transpirable”, permite que el vapor de agua se mueva a través de él, evitando condensaciones y manteniendo un ambiente interior saludable. Esta propiedad contribuye a que el edificio “respire”, lo cual es beneficioso para la durabilidad de la estructura y el confort de los ocupantes.

El EPS, en contraste, es un aislante térmico excepcional que ofrece una alta resistencia al paso del calor debido a su estructura de celdas cerradas. Su gran fortaleza radica en su resistencia a la humedad y a la entrada de agua. Actúa como una barrera muy efectiva contra el agua, lo que lo hace ideal para aplicaciones donde el contacto directo con la humedad es una preocupación, como en fachadas o cimentaciones. Sin embargo, a diferencia de la celulosa, el EPS no regula la humedad de la misma manera; más bien, la bloquea.

Instalación y Usos Típicos: Insuflado o Paneles Rígidos

La forma de instalación también distingue claramente a estos dos materiales. La celulosa se instala típicamente mediante el método de insuflado o soplado. Con una maquinaria especializada, las fibras sueltas se introducen a presión en cavidades existentes, como tabiques, falsos techos, cámaras de aire en muros o bajo cubiertas. Este método es rápido, limpio y permite rellenar huecos irregulares, adaptándose perfectamente a la morfología del espacio a aislar. Es ideal para rehabilitaciones energéticas donde se busca mejorar el aislamiento sin realizar grandes obras.

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El EPS, por su parte, se presenta generalmente en forma de paneles rígidos de diversas densidades y espesores. Estos paneles se cortan a medida y se fijan a la superficie a aislar, ya sea mediante adhesivos, fijaciones mecánicas o ambos. Es el material predilecto para Sistemas de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE), donde se crea una “envoltura” aislante alrededor del edificio, mejorando drásticamente su eficiencia energética. También se utiliza comúnmente en cubiertas planas, suelos radiantes y sótanos debido a su resistencia a la compresión y a la humedad. Como ejemplo tenemos el aislamiento insuflado Barcelona, A Coruña, Cáceres, Burgos, Alcalá de Henares, Jaén, Marbella, entre otras poblaciones, que muestran la versatilidad de estos materiales.

aislamiento insuflado

Sostenibilidad y Confort: Una Elección Basada en Prioridades

En términos de sostenibilidad, la celulosa lleva la delantera por su composición de materiales reciclados y su bajo consumo energético en la fabricación. Su capacidad para regular la humedad y su contribución al confort acústico la hacen una opción muy atractiva para proyectos que buscan una solución integral y ecológica que mejore la calidad del ambiente interior. Es perfecta para quienes valoran la transpirabilidad del edificio y una huella de carbono reducida.

El EPS, aunque derivado del petróleo, es un material duradero y 100% reciclable. Su excelente capacidad de aislamiento térmico y su resistencia al agua lo convierten en una solución robusta y eficaz, especialmente en aplicaciones exteriores o en zonas con riesgo de humedad. Es la elección preferida cuando la resistencia a la humedad y la alta eficiencia térmica son las prioridades clave.

Conclusión

La elección entre celulosa y EPS no es una cuestión de cuál es “mejor” en términos absolutos, sino de cuál es el material más adecuado para las necesidades específicas de cada proyecto. Si el objetivo es un aislamiento sostenible, transpirable, que regule la humedad y ofrezca buen rendimiento acústico, la celulosa es la opción ideal. Si, por el contrario, se busca una barrera robusta contra la humedad, una alta resistencia térmica y una instalación en panel rígido para exteriores o zonas húmedas, el EPS será la elección más apropiada. Ambos materiales son herramientas valiosas en la construcción eficiente y sostenible, y su correcta aplicación puede generar ahorros energéticos significativos y un mayor confort en los espacios habitables.

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