para qué sirven las cámaras de aire en las fachadas

¿Para qué sirven las cámaras de aire en las fachadas?

Muchas viviendas, especialmente las construidas entre los años 50 y 90, cuentan con una característica constructiva que a menudo genera dudas: la cámara de aire en la fachada. Se trata de un espacio vacío entre el muro exterior y el tabique interior que, en su momento, se diseñó con una intención aislante. Sin embargo, la realidad ha demostrado que su eficacia es muy limitada y, en muchos casos, contraproducente para el confort térmico del hogar.

Propietarios que buscan mejorar la eficiencia de sus viviendas y consultan a expertos en aislamientos Valladolid a menudo descubren que esta cámara vacía es una de las principales fuentes de pérdida de energía, un problema que, por suerte, tiene una solución moderna y eficaz.

¿Qué es exactamente una cámara de aire y por qué se construía?

Una fachada con cámara de aire está compuesta, generalmente, por dos hojas o paredes paralelas. La hoja exterior, de ladrillo cara vista o enfoscado, es la que soporta las inclemencias del tiempo (lluvia, viento, sol). La hoja interior, normalmente de ladrillo hueco o pladur, es la que conforma la pared interior de nuestras habitaciones. Entre ambas se deja un hueco de varios centímetros que constituye la “cámara de aire“.

La teoría detrás de este método constructivo se basaba en dos principios fundamentales:

  1. Aislamiento térmico: Se partía de la idea de que el aire, al ser un mal conductor del calor, actuaría como una barrera aislante si se quedaba “atrapado” entre los dos muros. En teoría, esto dificultaría la transmisión de calor del exterior al interior en verano y del interior al exterior en invierno.
  2. Protección contra la humedad: La cámara también servía como un sistema de drenaje y ventilación para evitar que las humedades por filtración o condensación del muro exterior llegaran a afectar al tabique interior, previniendo la aparición de manchas y moho dentro de la vivienda.

El problema real: cuando la teoría falla en la práctica

Aunque la intención era buena, el concepto de la cámara de aire vacía presenta un fallo crucial: el aire en su interior no está estático. Dentro de este espacio se producen corrientes de convección. En invierno, el aire en contacto con el muro interior (caliente) se calienta, se vuelve menos denso y sube. Al llegar a la parte superior, entra en contacto con el muro exterior (frío), se enfría, se vuelve más denso y baja. Este movimiento circular constante crea un flujo de aire que actúa como un “radiador” inverso, transportando el calor de tu calefacción directamente hacia el exterior. En verano, el proceso se invierte, introduciendo el calor de la calle en tu casa.

Este fenómeno, conocido como “efecto chimenea“, convierte la cámara de aire en un punto débil energético. Lejos de aislar, facilita la pérdida de hasta un 30% de la energía de la vivienda, provocando que las estancias estén frías en invierno, calurosas en verano y que las facturas de calefacción y aire acondicionado se disparen. Es por ello que en la actualidad, al abordar una rehabilitación energética, una de las primeras recomendaciones de los profesionales de aislamientos Soria y otras zonas con climas exigentes es actuar directamente sobre esta cámara.

La solución moderna: el aislamiento insuflado

Afortunadamente, no es necesario derribar los muros para solucionar este problema. La técnica más extendida, limpia y eficiente es el aislamiento insuflado o inyectado.

aislamiento insuflado
El Aislamiento Inteligente de InsuflaTec

El procedimiento es sencillo:

  1. Se realizan pequeñas perforaciones estratégicas en la fachada exterior o desde el interior.
  2. A través de estas aberturas, se inyecta a presión un material aislante específico (como celulosa, lana de roca o perlas de poliestireno con grafito) que rellena por completo la cámara de aire.
    1. Una vez rellenado el espacio, las perforaciones se tapan y sellan, dejando la fachada con su aspecto original.

Al rellenar la cámara, se elimina por completo el aire en movimiento. El material aislante impide las corrientes de convección y crea una barrera térmica continua y eficaz. Los beneficios son inmediatos: mejora drástica del confort térmico, reducción del ruido exterior y un ahorro energético en las facturas que puede superar el 40%.

En conclusión, aunque las cámaras de aire nacieron con el propósito de aislar, su diseño vacío las convierte en un coladero de energía. Rellenarlas mediante la técnica de insuflado es la forma más inteligente y rentable de transformar un punto débil de nuestra vivienda en una fortaleza de eficiencia, confort y ahorro.